Lead Author: Felix Lobo
Organization: Universidad Carlos III de Madrid
Country: Spain

Abstract

PARA EXPANDIR LOS MERCADOS DE MEDICAMENTOS GENÉRICOS, LOS PRECIOS ASEQUIBLES Y EL ACCESO A LOS MEDICAMENTOS POR LAS POBLACIONES MENOS FAVORECIDAS MEDIANTE UNA REGULACIÓN INTERNACIONAL Y NACIONAL ADECUADA FORMULAMOS UNA PROPUESTA QUE SE AÑADE A LAS OTRAS DOS PRESENTADAS POR F LOBO:

PROPUESTA 3. UTILIZACIÓN CONJUNTA DE LAS DENOMINACIONES COMUNES INTERNACIONALES (DCI) Y LAS MARCAS COMERCIALES POR LOS MÉDICOS AL PRESCRIBIR SU RECETAS.

Submission


A pesar de que las denominaciones comunes internacionales aparezcan en el etiquetado, los médicos pueden seguir prescribiendo por marca. Pero las denominaciones comunes deben ser utilizadas por los médicos para alcanzar todos sus beneficios sociales . También sería conveniente que fueran utilizadas por los farmacéuticos, incluso más allá de los procedimientos de sustitución de una marca por un genérico. También sería buena cierta familiaridad de los pacientes con las denominaciones comunes, especialmente en el caso de enfermedades crónicas.

Siguen produciéndose errores en las recetas y en la dosificación debido a confusiones entre marcas que se escriben o se pronuncian de manera parecida. La transparencia de los mercados de genéricos y la competencia en precios dependen en buena medida del conocimiento que los médicos y los pacientes tengan sobre la equivalencia entre medicamentos competidores procedentes de diversas empresas oferentes. La sustitución obligatoria de marcas por genéricos puede superar la falta de conocimiento acerca de la equivalencia de los genéricos o la falta de voluntad de prescribirlos en lugar de marcas más caras, pero no siempre es posible desarrollarla y no es legal en todos los países.

Para expandir la utilización de los nombres comunes la solución que proponemos es que todas las recetas se escriban con ellos, incluso aunque no exista posibilidad de sustitución de marcas por genéricos. Sin embargo no recomendamos reemplazar totalmente las marcas por las denominaciones comunes. Las marcas proporcionan incentivos a las compañías farmacéuticas para invertir en investigación y desarrollo más allá de las patentes, ya que son un mecanismo que les permite internalizar las rentas ganadas con las ventas de sus productos. También dan a los consumidores, entendiendo por tales los propios médicos, farmacéuticos y pacientes, la oportunidad de seleccionar los medicamentos y los fabricantes que prefieran.

Es verdad que la función de las marcas como garantía consistente de calidad es redundante en la medida en que las agencias reguladoras desarrollan los controles de calidad adecuados. Pero la redundancia es cierta sólo cuando se habla de productos individuales. Las marcas son útiles para que los consumidores reconozcan y recompensen la reputación general de una empresa, por ejemplo como líder en esfuerzos de investigación. Por eso la prohibición total de las marcas comerciales para los medicamentos tendría costes y no sería recomendable.

La recomendación por tanto es que la recetas contengan una identificación dual del medicamento: por la denominación común y por el nombre del fabricante o su marca. Con la prescripción dual disminuirían los errores y se promovería la transparencia y la competencia en precios. Durante la vida de la patente escribir la denominación común además de la marca en la receta incrementaría el conocimiento y la conciencia acerca de las posibilidades de ofertas procedentes de distintas empresas cuando la patente caduca.

Para las empresas farmacéuticas la prescripción dual también constituiría una solución equilibrada ya que compagina el derecho de propiedad incorporado a las marcas comerciales con los intereses públicos de reducir la confusión y promover la competencia.

Convendría minimizar el esfuerzo adicional que la prescripción dual requiere a los médicos. De todas maneras en un mundo en el que en muchos países la prescripción de medicamentos se realiza con el auxilio de computadoras y la tendencia se va a incrementar en el futuro, dicho esfuerzo adicional no sería muy grande. Bastaría con reprogramar los sistemas electrónicos de prescripción para incluir el nombre genérico en cada receta.

El despliegue del sistema de las DCI es una historia de éxito pero requiere ser completada. El uso dual de nombres genéricos y marcas comerciales, una solución equilibrada, facilitaría el uso universal de las DCI por los profesionales de la salud. Esta solución aportaría ventajas a los pacientes y mejoraría la eficiencia de los sistemas sanitarios.

Bibliography and References

LOBO, F.: Políticas actuales de precios de medicamentos en Europa: panorama general. Springer Healthcare, Madrid 2015. 181 p. ISBN 978-84-940-3469-5

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FELDMAN, R. y LOBO, F.: “Competition in prescription drug markets: the roles of trademarks, advertising, and generic names”, The European Journal of Health Economics, 14(4): 667-675, August 2013. ISSN 1618-7598; e-ISSN 1618-7601. DOI 10.1007/s10198-012-0414-7.

LOBO, F. y FELDMAN, R.: ”Generic Drug Names and Social Welfare”, Journal of Health Politics, Policy and Law, 38(3): 573-597, Junio 2013. ISSN: 0361-6878; e-ISSN: 1527-1927. DOI 10.1215/03616878-2079505.